


A los 27, mejor plantada como modelo, arrastra siete años de psicoanálisis, un hábito que, si bien no sorprende en el país con mayor concentración de psicoanalistas por metro cuadrado, no tiene adeptas confesas entre las lánguidas criaturas de las pasarelas.
Noticias: Es la primera vez que escucho decir a una modelo que se analiza.
Soledad Ainesa: Yo tampoco sé de otras que hagan terapia. Me encanta tener un lugar para hablar sobre mis cosas, voy dos veces por semana. Uno se encuentra con situaciones que no sabe resolver y está bueno charlarlo con alguien que ve todo con más objetividad. Además, la terapia me ayuda a ser más fuerte.
Noticias: ¿Te ayuda a sobrellevar las presiones de tu trabajo, como mantenerte delgada?
Ainesa: Sí, aunque no empecé a analizarme por eso. Por supuesto que el trabajo ocupa mucho espacio en mi vida, y todo lo que pase en mi laburo me afecta.



Ainesa: Siempre se usaron las modelos muy flacas, pero últimamente las cosas empeoraron. En Argentina, un talle grande cada vez es más chico. No sé si es una cuestión de costos, pero hay chicas que no tienen nada que ver con la moda, y van a comprar ropa y no les entra. Creo que en la indumentaria argentina hay un problema grave, porque las chicas siempre tienden a copiar a las modelos de las revistas y no me parece sano que se establezca ese tipo de códigos en una sociedad.
Noticias: Las modelos también son responsables. En los desfiles, lo único que se las ve ingerir es mate y nicotina.
Ainesa: Mate, puchos y ¡champán!, en un backstage vas a ver solo eso. Pero si una chica no come nada porque quiere ser flaca la familia también es responsable, no sólo es culpa de la industria de la moda.
Noticias: Trabajaste en Europa. ¿Allá pasa lo mismo?
Ainesa: Nunca tuve problemas con los talles, al contrario: si hago un catálogo de ropa interior en Alemania las bombachas me quedan grandes, porque las alemanas son grandotas. Pero no es que en la Argentina somos todos petisos: yo soy de contextura grande, mido 1.85.
Noticias: ¿Perdiste algún trabajo por no encajar en los cánones exigidos?
Ainesa: Sí, muchos. Antes sentía una frustración enorme. Soy alta y no soy raquítica, ¡gracias a Dios! Pero a veces te tratan como si fueras un pedazo de carne.
Noticias: ¿Alguna vez pensaste en dejar esta carrera?
Ainesa: Muchas veces. Me pregunté hasta dónde tengo que ceder, pero tengo fe en que esto va a cambiar. Si hablaras con otras modelos, te dirían lo mismo: que no pueden laburar porque no tienen tetas o culo, o porque son altas. Siempre hay “peros”. Claro que yo me cuido, lo normal. Voy al gimnasio dos veces por semana y a un spa, donde me ponen electrodos, botas de presoterapia…
Noticias: Pensaba que había que recurrir a métodos más drásticos, como una lipoaspiración.
Ainesa: ¡Pero no, nena! Eso no se usa más y es peligroso. Existen tratamientos más saludables. De todas formas, en este país hay chicas que se ponen cada vez más cosas: tetas, colas, botox. Y cada vez es más normal, eso es lo más triste
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