“Esta erupción se dirige directamente hacia nosotros y se espera que nos alcance durante las primeras horas del día del 4 de agosto. Es la mayor erupción con dirección a la Tierra detectada en mucho tiempo” explica Leon Golub, miembro del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, en declaraciones recogidas por ABC.
Pero no hay que entrar en pánico, porque esto no quiere decir que moriremos rostizados por el Sol ni nada similar. Este fenómeno sólo es un peligro para los sistemas satelitales que rodean la faz de la Tierra, aunque se estima que el daño no sería mayor, ya que las ondas expulsadas podrían llegar con una fuerza reducida.
Según explica el portal de ciencia Alt1040, se espera que esta singular masa ionizada choque contra el escudo magnético que protege a la Tierra y se generen luminosas auroras en algunas zonas, especialmente las más cercanas a los polos.
De acuerdo a lo comentado por Lucie Green, experta del Mullard Space Science Laboratory, estos acontecimientos son extraños ahora, pero en unos años más se producirían con más frecuencia.
Cabe destacar que este suceso da cuenta que la inactividad del Sol que se ha mantenido por cerca de 2 años ya finalizó y ahora se acerca un nuevo ciclo.
Recordemos que el último máximo punto del Sol se registró en 2001 y se espera que la nueva actividad alcance su clímax entre 2012 y 2014.
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