
El alud provocó la formación de un lago artificial, que bloqueaba el río Bailong, y que los militares chinos dinamitaron este lunes para vaciar el agua acumulada cerca de Zhouqu, dijo a la agencia oficial Xinhua un portavoz de la oficina de ayuda en caso de desastres.
El lago ha alcanzado los tres kilómetros de longitud y amenaza con desbordarse de nuevo, como sucedió este domingo, destrozando numerosos inmuebles y cubriendo las calles con un lodo de hasta un metro de espesor. Según la cadena estatal de televisión CCTV, expertos del ministerio de la Tierra y Recursos indicaron que la geología local puede haber contribuido al desastre, ya que se desplazaron muchas rocas poco asentadas sobre el terreno y que ya sufrieron modificaciones a causa del seísmo de hace dos años.
El primer ministro Wen Jiabao visitó este domingo la zona afectada por el desprendimiento para supervisar las labores de rescate y ofrecer consuelo a las víctimas. El Administración de Meteorología de China comunicó, a su vez, que las lluvias proseguirán al menos hasta el jueves, lo que dificultará las posibilidades de encontrar supervivientes.
China está viviendo la peor temporada de lluvias e inundaciones desde 1998 y acumulaba, hasta este accidente, más de 1.500 muertos y desaparecidos con motivo de los fuertes temporales.
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