La filtración de notas diplomáticas estadounidenses orquestada por Wikileaks provocó la cólera de Washington, y este martes las grandes capitales intentaban mitigar las posibles consecuencias de las revelaciones.
El Presidente francés, Nicolas Sarkozy, dijo que la publicación de los cables diplomáticos, algunos de los cuales lo consideran "susceptible y autoritario", representan "el último grado de irresponsabilidad".
China, apuntada por sus relaciones con Irán, dijo esperar que las filtraciones de Wikileaks "no perturben las relaciones sino-estadounidenses", y que Washington "gestione correctamente" el asunto, según el portavoz de la Cancillería, Hong Lei.
Más firme, Robert Gibbs, portavoz de la presidencia de Estados Unidos, afirmó ayer que Wikileaks y quienes diseminan sus informaciones "son criminales", considerando que las fugas constituyen "graves violaciones de la ley y una amenaza grave para quienes efectúan y ayudan en nuestra política extranjera".
La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Clinton, habló incluso de un "ataque a la comunidad internacional".
Algunos de los cables diplomáticos filtrados por Wikileaks a cinco grandes diarios ("The New York Times", "The Guardian", "El País", "Le Monde" y "Der Spiegel") acusan a China por su implicación en el envío de elementos de misiles norcoreanos a Irán, que habrían transitado por su territorio.
Un telegrama de 2007 recuerda que las entregas violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Irán y Corea del Norte, así como las normas que la propia China se ha fijado en materia de control de exportaciones de materiales sensibles.
Otro telegrama cuenta las declaraciones del viceministro sudcoreano de Relaciones Exteriores, Chun Yung-Woo, que dice que los dirigentes chinos ya no consideran a Corea del Norte "como un aliado útil o fiable".
Por su lado, Irán decidió menospreciar las revelaciones de Wikileaks sobre la hostilidad de sus vecinos árabes, para no caer en la "trampa" de Estados Unidos. "Los enemigos del mundo islámico siguen sembrando la iranofobia y la discordia", consideró. "Pero su proyecto sólo pretende proteger los intereses del régimen sionista y sus partidarios, y los países de la región no deben caer en esa trampa", agregó.
Japón se unió a las críticas contra Wikileaks, especializado en filtrar documentos confidenciales. "Es escandaloso, es un acto criminal", denunció el ministro de Relaciones Exteriores japonés, Seiji Maehara.
Fuente: Emol.com
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