Gustavo sigue internado, en coma, sin grandes novedades, solo pequeños, lentos y firmes avances.
Nuestro dolor muy sostenido por nuestra esperanza y un poco castigado por la difusión constante de informaciones falsas.
No queremos bajar a las tinieblas del periodismo oscuro y ávido de desgracias, escándalos, peleas, mala praxis, negligencias y pactos, todos falsos.
Gustavo fue atendido desde el primer momento de la mejor manera que en su estado hubiera podido ser tratado. No tenemos dudas de ello. En todas las etapas y aspectos de su vida siempre hizo todo con amor, dedicación, profesionalismo, seriedad, responsabilidad y sabiduría, incompatible con las cosas que se inventan y difunden acerca de su vida pública y privada.
Todos sus afectos y amores lo siguen acompañando hoy de la misma manera que entonces.
Gracias a todos los que nos apoyan en este trance y nos ayudan, con muestras permanentes de cariño y respeto, a tener y transmitir la tranquilidad que necesitamos.
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