Recuerdos y tesoros que dejó Sánchez en Calama
El atacante vivió su juventud en la casa de la familia Astorga, donde aún guardan algunas de sus pertenencias. Sus camisetas, premios, zapatos, fotografías y anécdotas son las reliquias que quedaron del tocopillano en la ciudad.
Poco se sabe de la intimidad de Alexis Sánchez. Básicamente, porque
él mismo se ha encargado de mantener en privado su mundo más particular.
Pero en Calama tiene un rincón muy especial de su pasado, en especial
de sus inicios como jugador.
A los 15 años llegó a vivir a la casa de la familia Astorga, ubicada
en la Villa Tapac Maya, a unos 10 minutos del estadio Municipal. “Mi
hermana Andrea trabajaba en Cobreloa y como la familia del ‘Alex’ estaba
en Tocopilla, era su apoderado en el colegio Padre Alberto Hurtado”,
recuerda Bárbara, la hija menor de los Astorga, quien se ha encargado de
atesorar todos los recuerdos que dejó Sánchez en su paso por ese hogar.
Camisetas de todos los clubes en los que ha jugado, sus primeros
zapatos de fútbol, el primer premio que recibió por ser elegido el mejor
jugador de un partido, sus sueños y más están guardados en los rincones
de esta casa. “Antes de vivir acá estaba en una pensión. Pero de a poco
se fue quedando con nosotros. Le decía a mi hermana que le gustaba
estar en nuestra casa, por lo que al final todos nos encariñamos y lo
invitamos a vivir con nosotros… le encantaba la leche con plátano y el
pan con mantequilla de aceitunas”, recuerda Bárbara.
Justo al frente del hogar de los Astorga hay una cancha de baby
fútbol, donde el “Niño Maravilla” pasaba gran parte del día. “Cristiano
Ronaldo era su ídolo, quería ser como él. De hecho, en el PlayStation se
colocaba en el mismo equipo. Siempre veía videos de sus jugadas y
después las copiaba en la cancha del frente. Me decía “cáchate esta
‘Baby’, me sale igual al Cristiano’ y hacía una gambeta nueva”, señala
la actual estudiante de sicología.
La hermana putativa del delantero recuerda que no quería irse a jugar
a Colo Colo. “No porque es hincha de la ‘U’ como todos saben, sino
porque no quería dejar a su núcleo en Calama. Le daba un poco de miedo
dejar todo y partir de cero en otra ciudad”. Pero lo convencieron. “Le
decíamos que tenía que hacer este tipo de sacrificio. Yo siempre me
imaginé que él podía ser uno de los mejores del mundo, pero el ‘Alex’ no
creía. Me decía que era muy difícil lograrlo”.
Y rápidamente el atacante comenzó a ser conocido por su talento.
“Cuando empezó a jugar en el primer equipo de Cobreloa, le dije que
tenía que tener una firma para los autógrafos. Y la empezamos a
practicar. Primero eran unas líneas, pero después la mejoramos con una
carita. Es que la verdad, que el ‘Alex’ no era muy bueno para las
manualidades”, rememora Bárbara.
Los Astorga hasta el día de hoy recuerdan sus imitaciones de Ruperto y
de Marco Antonio Solís. “Cuando se fue a Colo Colo me cantó ‘si no te
hubieras ido, sería tan feliz’. Siempre escuchaba música romántica”,
señala Bárbara con una sonrisa.
“Es gratificante ver lo que ha logrado Alexis. Hasta el día de hoy
nos comunicamos por Skype y sigue siendo igual a ese niño que baja las
escaleras mecánicas del mall dominando una pelota de fútbol”, finaliza
Bárbara. Mientras, Alexis ha retornado a Calama, la ciudad donde empezó
su carrera.
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