El nuevo documento diplomático es uno de los más explosivos de los divulgados hasta el momento en el marco del escándalo que puso a Estados Unidos en una situación embarazosa y generó reacciones airadas en gobiernos de todo el mundo.
Este cable del Departamento de Estado fechado en febrero de 2009 pide a las representaciones diplomáticas estadounidenses inventariar las infraestructuras y empresas en el mundo “cuya pérdida afectaría de manera significativa la salud pública, la seguridad económica y/o la seguridad nacional de Estados Unidos”.
En la lista publicada la noche del domingo figuran cables submarinos de telecomunicaciones, puertos, minas y empresas que fabrican, entre otras cosas, productos farmacéuticos importantes para la salud pública en países que van desde Gran Bretaña a Nueva Zelanda, incluyendo Africa, la Península Ibérica, Medio Oriente y China.
Los sitios o elementos de importancia estratégica incluyen al estrecho de Gibraltar y al gasoducto que une a la Península Ibérica con Argelia, además de la compañía farmacéutica Instituto Grifols, de Barcelona, fabricante de inmunoglobulina de uso intravenoso.
Este lunes la secretaria de Estado Hillary Clinton consideró muy preocupante la difusión de dicha lista. “Voy a enfatizar que este robo de información del gobierno estadounidense y su publicación, sin tener en cuenta las consecuencias, es profundamente preocupante”, declaró.
En los cables diplomáticos también se menciona una planta hidroeléctrica canadiense, descrita como una “crítica fuente de energía irreemplazable para partes del noreste de Estados Unidos”, mientras que una fábrica de Siemens en Alemania tiene “producción esencialmente irreemplazable de químicos clave”.
Figuran asimismo firmas europeas de vacunas contra la viruela y la rabia, un fabricante italiano de tratamientos para mordeduras de serpientes venenosas, y una empresa alemana de tratamientos contra el envenenamiento por plutonio.
Según el documento, el pedido fue diseñado “para fortalecer la preparación nacional, la respuesta en tiempo, y la rápida recuperación en caso de ataque, catástrofe natural u otra emergencia”.
La lista ayudaría a “prevenir, disuadir, neutralizar o mitigar los efectos de esfuerzos deliberados de terroristas para destruir, incapacitar o explotar” los sitios considerados de importancia “vital” para Estados Unidos.
Gran Bretaña rápidamente condenó la divulgación de la lista por “dañar la seguridad nacional”. El cable incluye las ubicaciones británicas de cables submarinos, sistemas satelitales y plantas de defensa.
“Condenamos inequívocamente la divulgación no autorizada de información confidencial”, dijo un portavoz del primer ministro británico David Cameron.
La nueva publicación se suma al escándalo político desatado por WikiLeaks y su fundador Julian Assange, de 39 años, quien días atrás declaró que debió reforzar su seguridad después de recibir amenazas de muerte.
La Policía británica por su parte recibió una nueva orden internacional de captura contra Assange, requerido en Suecia por denuncias de agresión sexual y coerción en un caso que se remonta a agosto, según la BBC.
Mark Stephens, abogado británico del fundador de WikiLeaks, anticipó a la BBC que está organizando un encuentro voluntario entre su cliente y la policía británica, con el fin “de facilitar el interrogatorio que necesitan”.
Entre otras revelaciones, los cables difundidos recientemente dan cuenta de los intentos de Estados Unidos por cortar el tráfico de armas a zonas conflictivas del mundo, que son frustrados constantemente por Irán, Siria y Corea del Norte.
Asimismo, detallan una conversación del entonces líder australiano, Kevin Rudd, con Hillary Clinton en marzo de 2009.
Rudd llamó a “integrar a China efectivamente en la comunidad internacional y a permitirle demostrar una mayor responsabilidad, al tiempo de prepararse para un despliegue de fuerzas si todo sale mal”.
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